Foto tomada de: las2orillas.com
Esta iniciativa pedagógica surge en el 2016, a cargo de la Ministra de Educación Nacional para ese momento, Gina Parody, luego de evidenciar cómo el maltrato físico y psicológico en los colegios hacia las personas con orientaciones sexuales diversas se convertían en algo que permeaba desde la cabeza de las instituciones a través de directivos y docentes, hasta los estudiantes. La cartilla se titula Ambientes escolares libres de discriminación. Orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas en la escuela. Aspectos para a reflexión, y estaba dirigida al personal administrativo de las instituciones, ya que a través de ellos el conocimiento llega hasta los alumnos.
El documento se divide en cinco grandes capítulos, que abarcan temas desde los diferentes esquemas familiares, hasta cómo se construyen y cómo deberían entenderse las orientaciones sexuales e identidades de género.
El primer capítulo se titula ¿Qué son y cómo comprender las orientaciones sexuales e identidades de género en la escuela? En esta parte se abordan y explican conceptos como sexo y género, para a partir de esto explicar cómo se construye y expresa la identidad de género, un proceso que finalmente trae como resultado la orientación sexual que cada persona decida para su vida.
El segundo capítulo y el tercer capítulo se titulan Una escuela garante de derechos: actualizando los manuales de convivencia desde las orientaciones sexuales e identidades de género no hegemónicas. En el segundo, se trata principalmente el papel que tienen las instituciones educativas, y cómo mediante un proceso determinado en el que se planteen y resuelvan dudas respecto a temas de género, se pueda tener como resultado final la modificación de los manuales de convivencia en términos de respeto a la diversidad sexual, y sobre todo rechazando totalmente cualquier caso de discriminación. En el tercer capítulo, se habla puntualmente de todo lo referente a violencia de género y violencia por prejuicio, y cómo este tipo de violencia puede mitigarse desde la convivencia escolar.
El cuarto capítulo, titulado: La escuela desde nosotras mismas: la comunidad educativa construyendo una escuela garante de derechos. En esta parte se aborda cómo cada parte del proceso educativo desde los padres y madres de familia, la parte administrativa, y finalmente los estudiantes, es fundamental para que el ambiente escolar sea un lugar libre de discriminación y violencia por prejuicios respecto a las orientaciones sexuales e identidades de género diversas.
El último capítulo se titula Familias homoparentales, madres y padres no heterosexuales: una mirada a la diversidad de las familias que integran la escuela. En esta parte se habla puntualmente de composiciones familiares diversas, y cómo a través de estas se rompe el esquema tradicional de familia y se abre la brecha a un concepto más incluyente.
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